el ultimo vuelo
El puente esta también vació, es tarde, la gente se oculta de la sinceridad de la luna y la oscuridad que desnuda, nadie quiere volar por donde tu vas a hacerlo; las escaleras empinadas no son trabajo difícil, de tres saltos arrancas la cima de tu horizonte.
Miras el abismo, 8 metros te separan del silencio y de ella, 8 metros reducidos a una acción: saltar; una lagrima se aventura a hacerlo primero, corre y se suicida en búsqueda del beso perfecto a la tierra, otra sigue su ejemplo; se desgarra inmediatamente tu garganta y en un grito le cantas un tango a tu dios malevo; la vida es de color escarlata, la muerte es ploma como el asfalto, dura y recia.
Otra vez te levantas, pero esta vez del puente frió y eterno, no saltaste, te desmoronaste al final, cruzas en soledad rodeado de sombras, proyecciones de personas distantes, distingues a dos, es ella y otra paria compañera, corres y lloras en su encuentro, las lagrimas son las únicas suicidas esa noche.
Te escondes unas vez que ellos te ven, ocultado en las alas escarlatas de ella, vuelves a buscar en tu bolsillo tu instrumento, lo lanzas, los vuelos no son gratis, te cobran la libertad de tu alma; te aferras a tu nueva esperanza, te aferras al color escarlata.