Algunas cosas que qise mostrar... son mias y me llenan

miércoles, setiembre 13, 2006

beso

besar tus labios,
besar tus ojos,
besar en ellos
tus labios rojos.

quiero besar,
quiero que beses,
quiero tentar
con mis labios tus besos.

observar como me besas
con los ojos en tus labios,
besar mientras me observas
con los labios en los ojos.

dedos y labios,
ojos y labios,
senos y labios,
cuellos y labios.

besos en cuatro letras,
besos sonoros,
besos clandestinos,
besos moros.

besarte en un taxi
la casa de mis labios,
besarte en el sillón
la caza de mis labios.

es azul el beso,
morado el besar,
rojo el ser besado
y turquesa el besarnos.

Cuento

El frío destemplado de las palabras crean el perfecto invierno de letras y tinta. Mi personaje habla, crea, muere y vive dentro de su “rectangularmundoblanco”. Un rato es rosa otro es cereza y a veces no es en lo absoluto nada.

¡Soy dios! Grita el iluso que en realidad depende en lo absoluto del viaje, sin sentido, que mis dedos sobre unas teclas negras realizan, al compás frenético de una radio que me grita y satura.

Mi personaje vive en una trama que no existe, se desarrolla en base a unos sentimientos que solo son pálido reflejo de los míos. Mi personaje es Juan, Raksan, Gloria, Gabriela o talvez Gabriele. Vive enamorado, muriendo, naciendo, de pie, arrodillado y a veces sólo desparece en un pálido blanco, que estremece a los curiosos que le dan vida con los ojos.

Mi trama es la de un personaje sin nombre que sentado en su silla de palo escribe. Historias de amor, historias de sangre y horror. No puede escribir de lo que no ve, de lo que no siente o al menos huele. La noche perpetua en la que él vive se describe con tinta de impresora. Él, a su vez, escribe para un personaje oculto y que solo es rozado en el “rectangularmundoblanco”, donde yo, el escritor, soy un dios pobre y eterno.

Su historia habla en realidad de mi, yo soy su personaje, y por lo tanto él es mi dios, yo soy el personaje de mi historia que a su vez habla de mi. Es de esta forma que yo logro mi inmortalidad absoluta, donde nunca lloro, como, bebo, duermo o celebro navidad; solo escribo en mi eterna y poco descrita noche de martes.

El sueño se apodera de mi, es decir del personaje de personajes, se apodera de mis dedos vagabundos, de mi frenesí de radios y cafés de papel.

Antes de escribir sobre como escribo de mi, pensé hacer algo mas cuerdo, planee un asesinato, luego reviví al muerto y le di un nuevo papel en mi “rectangularmundoblanco”, luego decidí tener una cantina, la cual cerré sin haberla inaugurado nunca, por ultimo y antes de salir momentáneamente de mi puesto de creador, omnipotente y desesperado, decidí que mataría a alguien en un tejado, hablaría de cómo hablan de la muerte del sujeto pero nunca del sujeto en si. La fatiga y sensación de estar haciendo algo sin sentido me hizo darme cuenta que la escena en la cual yo mismo soy un personaje, es en si un perfecto cuento, donde un hombre es trasformado dios de una tribu numerosa de signos negros que bailan y se mueven en una pantalla, los cuales a su vez dan vida a un dios que también es tribu y es dios y tribu y dios y tribu...

Es un circulo perfecto, la mejor presentación de un narcisismo hecho papel. En este “rectangularmundoblanco” yo tengo el poder de decidir y a la vez no tengo nada más que mis dedos y mis teclas negras. Decidí pues que mi personaje deje de escribir, decidí que el se cansa de intentar crear algo y resignado se vaya a su cama. Ahí sentado piensa en lo trágica que es la vida y lo profundo le las gotas de mar, piensa en esas cosas trascendentalmente inútiles pero trascendentales, que un hombre cansado y estresado piensa en la suavidad de un par de almohadas. Decidí que las horas pasan rápido en su “rectangularmundoblanco” y despierta , mira sus pies sobresalir como dos islas distantes en el horizonte textil de sus sabanas, mira el reloj con sus números grandes y su color metálico que lo hostiga desde la pared. Decidí que tiene hambre este ser que no existe pero soy yo, se cambia y viste en cuatro palabras y come en cuatro letras; luego camina un numero inexistente de cuadras y cuando va a tomar el micro este se transforma en una rosa, luego en un lirio, tal vez en un judío que baila y rompe el esquema.

Al final mi personaje tiene miedo de morir, sabe que cuando tu leas en final y veas el punto cuadrado de mi “rectangularmundoblanco” lo habrás asesinado, es por ese amor propio, puesto que yo soy mi personaje, que diestramente mi creador, es decir yo, coloco al final el principio real de mi historia, para que así mi personaje-creador quede eterno en el suspenso del no seguir con la suicida historia.

Es fría la larga noche y las letras duelen mientras sangro delante de un teclado negro y una pantalla que me deja ciego...

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jueves, setiembre 07, 2006

lenmor

estruendoso y callado que destrosas los timpanos de los que estamos sordos!!!!!!