Algunas cosas que qise mostrar... son mias y me llenan

martes, diciembre 05, 2006

Flores amarillas en invierno.


¿Y nos inmolaremos juntos talvez en un atardecer de nieblas y fríos congelados?¿Y nos secaremos abrazados como dos viejas flores amarillas al sol, de esas que suelen mantener su esencia a pesar del tiempo, en una sola vida, canto, poema, luna y tango?

Mira de cerca su rostro como si quisiera mecerse dentro de sus iris, adivinar que es lo que siente como si fuera de un púrpura intenso, arrancarle la boca como si fuera hierva, deshacerla entre sus dedos como si no existiera.

Mientras él con sus manos acaricia su pelo y devora su rostro, el silencio barre cualquier sonido extraño, a los dos infieles que se abrazan de manera violenta ya nada les importa, nadie los ve, nadie los oye.

Los rostros se separan aún húmedos, los ojos se abren y no ven nada, son ciegos de pronto, no ven nada que este más lejos de lo que están ellos mismos. El pasto es frío y esta blanco, las cabezas son materia de investigación.

Las voces se apagaban, crecían, se desembocaba en un color turquesa, el olor de aquellas personas que pasaban llegaban a su nariz como agujas chinas, a veces limón otras solo naftalina, las voces, los olores, un cambalache de sensaciones.

- Son resistentes al frió y suelen ir de a dos, no les gusta contemplar el cielo sino con cuatro ojos, afirmó el gato de la casa amarilla.

¿Hay flores amarillas que crezcan en el invierno? O solo mueren en este para nacer de sus cenizas en primavera.

- Son extrañas las flores de cemento, Responde el señor del banco, son extrañas y muy amarillas.