sanyac

viajo por los rios eternos
en un barco de locos,
con la conciencia de enfermos,
el cuerpo de dioses.

dormimos en círculos concéntricos,
en la cubierta amueblada, del barco-tumba,
donde yace la razón muerta,
por la ilusión asesinada.

comemos estrellas caídas
del los cielos cosechadas
débiles y moribundas
cazadas por hadas

bebemos de los sueños
de pueblos que allanamos,
silenciosos desembarcamos
en los puertos imaginarios.

Vallejo es nuestro matemático
con sus triángulos de dos ángulos,
y nuestra religión son las mascaras
que perdimos al soñar el sol.

no quiero dejar mis locos,
no quiero ser cuerdo,
sufro con urquizo
en silencio y delirio.