la hija de la luna

tus ojos sangran pedasos de cielos rotos,
con hambre de luna fria y abandonada
recorres sola el mundo de las eternas parias,
eres del frio su más eterna enamorada.

niñita del azul espejo, refleja mi alma de cobre
en tus dientes blancos y pequeños;
pequeñita de la bola roja,
deja que te de una sonrrisa en un sobre
robada del mas prospero banquero.

ya no llores princesita de los azotes
que tu alma celeste rompe mis iris,
no te mates silencio de sangre
que tu furia el mundo desace en vilis.

ya no soporto la mugre amarilla
que corroe el alma de los que solo miran,
ya no puedo verlos sin con los ojos matarlos,
porfin con sus verdes mentiras enterralos.