Algunas cosas que qise mostrar... son mias y me llenan

miércoles, mayo 03, 2006

conciencia de una alma suicida.


Voy volando de retorno en nubes de color gris, el silencio me grita que jamás debí temer. En mi retorno veo el semblante claro de la luna, perfecta en su superficie accidentada, oscura y maldita, fría como mi alma; me encuentro con seres que debí extrañar, amar e incluso matar, a ninguno le hice caso, sombras de ningún pasado.

Vas lento como el humo que emana de tu boca, suave golondrina de un día, flotando ingrávido en la garganta profunda, oscuro averno que me encierra, oscura mi tumba que me quema.

Vas por calles muy conocidas, tu las recorriste en vida, ahora te vuelves a ver en el malecón, ahí dejaste tu vida; ves su rostro lloroso y hermoso, llora por golondrina sin alas que pretendió volar, se cayo al fondo del mar, se hundió en la profundidad del cielo.

Vas y te vuelves a matar, caes despacio por el mar, caes al lado de sus lagrimas y sus ruegos, caes por que sus besos te pesan, por que la extrañas en silencio, por que la amas y volaste lejos, aun llevándola dentro te mataste por cobarde.

Despiertas y te das cuenta del miedo, recorres el mismo entierro, la misma tumba, los mismos rostros; la madre llora por cadáver inexistente, la gente solo por costumbre y compasión (otra manera de decir por miedo). Ella sola se va de nuevo, la vez y deseas estar vivo, deseas no estar enterrado en leguas marinas bajo lagrimas frías.

Los ojos te arden pequeña paria, insignificante ser debil y eterno, bagaras por las noches toledanas, viajaras en inmenzas caravanas, moriras cada mañana.

Y la extrañaras a tu dama escarlata.