nocturno fatal

El paso de una vida, efímera y corta, con sus errores, sus Romas y Pompeyas, sus mitos y leyendas, pero corta; fatal; inevitable; destructivamente inevitable; bellamente inevitable... Esa es mi vida, esa es tu vida lector y es la misma de cualquier persona... así sea corta o larga la espera, la muerte siempre llega, fatalmente puntual, el colegio solo muestra de esta fatalidad, el terminar de un periodo, un periodo dulce para unos, para otros no tanto, pero que fatalmente llego su final, un final invariable, que también representa un comienzo esperado y temido, lleno de demonios y dragones, que tendrán también su final, eventual y fatal, como cualquier final; pero que ahora atormenta, produce sueños y también pesadillas. Ahora viene la nausea producto del final del actual periodo y el vértigo y la esperanza del comienzo de uno nuevo, y aunque sea un comienzo por todos esperado, ya todos saben que tendrá un final, a ese otro final también le temen, pero lo añoran, todos, de distinta manera, sin excepciones, con esperanzas y sueños, con el agridulce de la vida entre los dientes, esperando disfrutar el lapso que existe ente el comienzo y final del nuevo periodo, tal como se disfruta la misma vida, plagada de contradicciones y sombras, pero también de risas, amores y bellas historias.

Hasta que pasen atraves de los cristales de la vida el torrente de finales que en si conforman la misma, y esta acabe como el periodo que estamos terminando, y sea fatal su final, también invariable y sintamos las nausea del final de nuestro propio periodo, y esta ves no exista un vértigo de un nuevo comienzo, sino nada mas la duda de una posible extinción, la amenaza de lo fatalmente bello, la muerte, pero sin olvidar que lo divino y lo perfecto estuvieron en el desarrollo, en el viaje y el final nada mas fue una formalidad inevitable, la cual resulta como la exquisita cereza que adorna la punta de una deliciosa obra de arte bañada de sabores y colores.